Otra vez la privacidad en jaque

El tema más comentado durante el fin de semana -con mucha indignación - surgió por un artículo del Chicago Sun Times ("Your phone records are for sale") sobre la venta de registros telefónicos en EEUU. A través de la web, firmas como Locatecell.com, por unos 100 a 160 dólares consiguen, solamente con el número de un celular, todas las llamadas que hizo y que recibió.

Sólo hay que imaginarse lo que sería tener al Gran Hermano Orwelliano dentro de cada aspecto de nuestras vidas, sabiendo todo lo que revelan las llamadas que hace y que recibe una persona. Una herramienta más: "dime con quien hablas y te diré cómo eres". Como periodista pone los pelos de punta pensar que cualquiera puede pedir un registro de llamadas y revelar todas las fuentes.

En la Argentina, hay que tener una orden judicial para conseguir esta información y hacerla pública. Sin embargo, no es demasiado alocado imaginar que estos servicios podrían ofrecerse acá en breve.

Estamos en arenas movedizas, en plena transición en estos comienzos del siglo XXI. Me preocupa el tema de la privacidad que entiendo hace a la dignidad del ser humano. Tenemos por delante un debate importante sobre este tema.

En los últimos meses realicé una investigación periodística sobre el tema del spam ("¿Es legal el Spam en la Argentina?") que recae dentro del tema de la privacidad por el uso de datos sensibles. Hay que tomar conciencia de que con el desbocamiento de la teconología nos estamos enfrentando a un gran vacío legal. No dan abasto las leyes para regular estos temas. Son temas internacionales que trascienden las fronteras de nuestro país. Tampoco es necesario regular todo; hay que darse cuenta cómo es esta nueva frontera que estamos creando. Si no se entiende el cambio, dificilmente se podrán generar normas inteligentes.